Es una maravilla ver esta variedad de soluciones. Como todo está resuelto con esa naturalidad que sabemos tan valiosa en la pintura. Donde cada cosa, hasta lo delicadamente anecdótico como puede ser el número de la puerta, está en su justo lugar, y con el sonido adecuado. Como pintores presentimos que nunca pudo ser de otra manera: en un cuadro de Galano, donde los elementos son pocos [1] una variación, como puede ser el prescindir de un detalle aparentemente anecdótico, puede provocar el colapso de uno de estos microcosmos. Y luego esa atmósfera tan presente en todo, que se siente en la piel, pero brotando desde la mirada. Haciendo un recorrido desde el interior, como sintiendo humedad, nieve, frío, el calor de una brizna de luz....pero más acá, más desde los adentros. Como pasa con todo aquello que ha quedado en nosotros engarzado a alguna sensación física ab origine. Al igual que la noche nos remonta a una noche lejana, misteriosa y poderosa: una noche con sonidos que brillan como gemas.
El Cabillón. Ocaso. Miguel Galano, 2020. Óleo s. lienzo. 30x38 cm.
Como sé que quien lee esto puede estar abierto a esta forma de entendimiento de las cosas, diría que, al ver esta exposición, atravesamos con el alma cada pintura, como si fuera uno de esos umbrales pintados. Se nota como si la pintura de Miguel Galano fuera un ejercicio de amparo ante estos objetos, casas, luces, rincones del mundo sin aparente importancia. Unas cosas del mundo que permanecen mudas, que no pretenden ser salvadas...como tampoco su pintura lo pretende: pues la pretensión de salvar suele ser pasatiempo de otro tipo de artistas. Sólo quiere mostrarlas tal cual, sin descubrir nada, sólo permanecer atento a su epifanía. Recordamos entonces a Rilke: "osad decir lo que llamáis manzana"[2] El pintor parece, en cada cuadro, que nos muestre la huella de un gozo ante esta manifestación, para que participemos de ese fulgor que emana de las cosas del mundo. Dice Josep Mª Esquirol que “ser humano es querer guardar el gozo relacionado con el otro, con uno mismo y con el mundo – precisamente porque todo parece irremediablemente destinado a la nada-. (…) Sentir la vulnerabilidad propia y ajena (…) lleva al amparo” Y este refulgir de la vulnerabilidad parece acoger el más delicado misterio. Decía Rilke que “cada rosa es todas las rosas”, y nos parece que en cada cuadro, cada lugar -todos distintos- son todos los lugares…de Fougères a Alfama.
[1] Es inevitable recordar cómo, y de qué se compone un haiku. Y que este es un camino de aprendizaje.
[2] Rainer María Rilke. Los Sonetos a Orfeo. Antología poética. Espasa-Calpe, Colección Austral, Madrid, 1982, p. 147.
Este jueves quedé con un amigo pintor - bartolomerey.com en la exposición de Miguel Galano en Utopia Parkway: algo con vocación de ser ya una grata costumbre. Yo desde Burgos y él desde Toledo, aunque los dos burgaleses, uno de Aranda y el otro de Pinilla de los Barruecos, del Alfoz de Lara. De aquel encuentro, estas palabras.
Miguel Galano. De Fougères a Alfama
Del 9 de septiembre al 29 de octubre de 2021
Utopia Parkway Galería de arte
C/ Reina, 11 – 28004
Madrid
Tel.: +34 91 532 88 44
Metro: Chueca, Gran Vía
Horario: Martes a
viernes de 12.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.30
Sábados con cita previa de 12.00 a 14.00 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario