La naturaleza está en el interior.
Paul Cézanne
Me sería difícil decir dónde está el cuadro que miro. Pues no miro como se mira una cosa, no lo fijo en su lugar; mi mirada pasea en él como en los nimbos del Ser, veo conforme al cuadro o con él más que al cuadro mismo.
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...el ojo es eso que se ha conmovido por cierto impacto del mundo y lo restituye a lo visible por los trazos de la mano.
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El pintor vive en la fascinación. Sus acciones más características (...) al pintor le parece que emanan de las cosas mismas, como el dibujo de las constelaciones. Entre él y lo visible los papeles se invierten inevitablemente. Por lo que tantos pintores han dicho que las cosas los miran, y André Marchand siguiendo a Klee: "En un bosque he sentido muchas veces que no era yo quien miraba el bosque. Ciertos días he sentido que eran los árboles los que me miraban, que me hablaban...Yo estaba allí escuchando...Creo que el pintor debe ser traspasado por el universo y no querer traspasarlo...Espero estar interiormente sumergido, amortajado. Quizá pinto para surgir". Lo que se llama inspiración debería ser tomado al pie de la letra: hay verdaderamente inspiración y expiración del Ser, respiración en el Ser, acción y pasión tan poco discernibles que no se sabe más quien ve y quien es visto, quien pinta y quien es pintado.
Maurice Merleau-Ponty. El ojo y el espíritu. Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica S.A., 1985, pp. 19, 21 y 25.
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