Las voces bajas de Manuel Rivas






Me sugiere mi amiga Danube hablar de siete libros en siete días, no sé si serán seguidos. Allá va el primero.
Yo leo en todo tipo de soportes, pero los de papel son mis preferidos, disfruto con el tacto. Y como mi mirada es táctil, también escojo mirándolos. Me gusta entrar en las librerías y mirar sin rumbo fijo, y que alguno salga a mi encuentro.

Comenzaré con el último que he comprado, y con su historia. Compré este y otro de Manuel Rivas que tampoco había leído en una librería gallega, en Viveiro, fundada en 1949 y en liquidación de existencias. Siempre es triste encontrarse estas situaciones, me imagino que es algo parecido a encontrarse con una ballena varada en una playa, uno se pregunta cómo llegó a esta situación... o qué pasa con los mares para que un ser tan magnífico decida abandonarse en una playa para terminar sus días: acaso será efecto de la contaminación…marina.
Estas cosas, y otras, pasan por la imaginación nuestra cuando vamos sacando libros de saldo de las estanterías: libros que te miran a los ojos... como para que te los lleves. Así es, acariciamos piadosamente el lomo del cetáceo varado. 

En Galicia todo parece literario, leyendo a Manuel Rivas todo es –naturalmente-literario, ¿y qué es la literatura si no vida?  En cualquier sitio te encuentras una historia, un episodio, o alguien que amablemente te lo cuenta, como en Mondoñedo bajo el Ponte do Pasatempo, pero bueno, eso lo dejo para otra ocasión, que no me quiero extender. 

Y como la librería de Viveiro  está en la calle de Pastor Díaz, Nicomedes-Pastor Díaz Corbelle, poeta romántico en castellano y gallego, periodista y político que nació en Viveiro en 1811, pues he aquí un fragmento de su Alborada:

Mírame, sí, querida,
Cando d'o blando sono te levantes,
Máis fresca, é máis garrida
Qu'estas frores fragantes,
Qu'á espuma d'estas ondas resonantes.

Como no levantarse con esa primera luz, si suena en el aire alborada tan galante:

Ven despeinada ainda
Darme o primeiro abrazo, darm'a vida
¡Canto es así máis linda!
Ven qu'a mañan frorida
Solo pr'os que se queren foi nacida.

Lo lees y es fácil imaginar a un personaje de Rivas, como estos de Las voces bajas. Son historias que siento muy cercanas, son las de alguien que lo cuenta mientras va sacando despacito una a una – así me lo imagino- fotos en blanco y negro: un tesoro en una cajita de cartón, algunas de ellas con grietas blancas, o con las puntas troqueladas y gastadas. Memorias sin pretensión de ser Historia. Memorias delicadas como flores, flores que acaricias. Memorias que si recogieres en tu memoria nunca perderán lozanía.

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