Cuaderno de La piel como un río (2015- )
El dibujo podría ser también otra
forma de nombrar: dar nombre a las cosas, con esa resonancia
que nos recuerda el primer Libro de la Biblia, el Génesis. En el blanco del
papel aparece la línea como aparece una voz, existe lo que antes no existía, no
interesa tanto la descripción, o el gesto, es el descubrir de una verdad que está fuera y a la vez dentro.
Un revelador juego de reflejos en el que se funde y se desvela la mirada y el
objeto visto, es el reflejo de un reflejo. Eco de un eco de ese arte que -como nos decía Ramón Gaya- ha dejado de ser cuerpo
y es por fin cóncavo. Y esa concavidad podría ser el umbral de aquello que para Lao Tse es Femenino Misterioso; dice el Tao Te
King:
Permaneciendo como hilos de araña, sólo tiene un indicio de existencia; más
cuando bebe de ésta, resulta inagotable.[i]
Por la secreta escala 06.17
Julián Valle 2017
Carbón y grafito s. papel Khadi-Sunn Hemp
Julián Valle 2017
Carbón y grafito s. papel Khadi-Sunn Hemp
63 x 80 cm
Cómo encontrar esta manantial que brota y, cóncavo, se sume. Dice Merleau-Ponti en El ojo y el espíritu:
Ahora bien, desde que se da este extraño sistema de intercambios, ahí están
todos los problemas de la pintura. Ellos ilustran el enigma del cuerpo que la
pintura justifica. Ya que las cosas y mi cuerpo están hechos con la misma tela,
es necesario que su visión se haga de alguna manera en ellos, o que su
visibilidad manifiesta se duplique con una visibilidad secreta: “la naturaleza
está en el interior”, dice Cézanne. Cualidad, luz, color, profundidad, que están
ahí ante nosotros, están ahí porque despiertan un eco en nuestro cuerpo, porque
éste los recibe.[ii]
[i] Lao Tse, Tao The King: Capítulo VI. Barcelona: Círculo de Lectores /
Edaf. 2008. P. 21.
[ii] Merleau-Ponty, M. El ojo y el espíritu. Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica. 1986.
P.18-19.
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