XI
Un aliento de luz mudo y apresurado
nace entre nubes iluminando
campos, sin rumbo.
Sube la ladera, en la retama
un instante se detiene
y en la roca
el latido espera el latido
y en cada rincón -la epifanía- salva
lo que desaparece.
En un horizonte –como espejo- sombrío
donde la floración del espino responde
como responde el eco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario