Santa
Eufrasia. Anónimo, S. XVII, inv. MZA42
Óleo sobre lienzo. 110 x 164 cm.
El tejido del mundo. Julián Valle en el Museo de Zamora.
Alberto del Olmo Iturriarte, noviembre 2024
La colección del Museo de Zamora conserva numerosas pinturas en que anacoretas, ermitaños y ascetas, seres humanos retirados de la vida mundana, son ejemplo de espiritualidad y sacrificio. Procedentes de las comunidades religiosas que los procesos desamortizadores del siglo XIX suprimieron y origen de los museos provinciales, estas obras ofrecieron en otra época modelos de conducta y vivencia de la fe para los creyentes. Aún hoy, muestran mujeres y hombres santos a los que su renuncia material convertía en genuinos transmisores de sensibilidad, en perfectos receptores de la gracia divina. Despojados de todo cuanto es superfluo, nuestros protagonistas alcanzaban una conexión privilegiada con lo sobrenatural, encontrando en ese vínculo superior su razón de ser y estar en el mundo.
El trabajo de Julián Valle (Aranda de Duero, 1963) en torno al fenómeno eremítico ahonda en ese sentimiento de comunión que caracteriza un modo de percibir, de sentir la realidad, y parece dar réplica, en clave contemporánea y lectura humanista, a la reflexión propuesta por algunas obras de este museo con las que comparte espacio. En la práctica artística del autor, el interés inicial en un paisaje histórico concreto, santuarios y eremitorios rupestres altomedievales en este caso, se ha transformado en una mirada introspectiva gracias a la que sujeto y mundo exterior se integran indisolublemente. Sus imágenes de la naturaleza no son producto de un examen objetivo, tampoco de un análisis externo, sino evidencias de una íntima unión donde no existen soluciones de continuidad entre cuerpo y realidad material.
El tejido del mundo 19.08. Julián Valle 2019.
cerámica, gres 24 x 17 x 19 cm.
Referencias clásicas como las calaveras, los recipientes o las grutas, habituales en las vanitas barrocas y en las escenas de retiro espiritual, refuerzan esta idea y urden una trama imposible de desligar. Y así, en constante metamorfosis, una cueva muta en morada e inmediatamente se transforma en cráneo humano; o un humilde recipiente de barro se convierte en caja de reliquias para transfigurarse al momento en natural cavidad sepulcral. Con la actitud del eremita, el territorio natural se vive como una topografía íntima en un recorrido circular e infinito, cargado de símbolos, en el que mortaja y cobijo se dan la mano.
Alberto del Olmo Iturriarte, noviembre 2024
San Francisco orando. Anónimo, S. XVII, inv. MZA28
Óleo sobre mármol. 45 x 59 cm.
El tejido del mundo. Julián Valle en el Museo de Zamora
del 21 de noviembre de 2024 a marzo de 2025
Plaza de Santa Lucía 2.
T. 980 516 150
www.museoscastillayleon.jcyl.es
Horario
martes a viernes de 19:00 a 21:00 h
sábado de 12:00 a 14:00 h y de 16:00 a 19:00 h
lunes Cerrado