A través de la ventana -esculturas de Delso- (J.Valle)
Ansía
la transformación. Entusiásmate por la llama,
donde se te esfuma una cosa que en las transformaciones brilla.
Aquel proyectante espíritu, que lo terrenal gobierna,
nada ama tanto, en el ímpetu de la figura, como el punto de inflexión.
donde se te esfuma una cosa que en las transformaciones brilla.
Aquel proyectante espíritu, que lo terrenal gobierna,
nada ama tanto, en el ímpetu de la figura, como el punto de inflexión.
Rainer
María Rilke[1]
”Lo
que en lo inmóvil se cierra se halla ya petrificado”[2]
ya que el vivir es una continua
transformación. Pero siempre hay algo que se queda en este viaje de la vida. Se quedan atrás las más dolorosas ausencias que sin embargo están presentes. Somos como el río y nuestro
material de aluvión y nuestro paisaje
-el que recorremos- definen nuestro cauce.
Habitamos
un cauce “que a veces se cierra por el
principio y comienza por el fin”[3]
“También el arte es sólo un modo de
vivir”[4]
y se está más cerca de este arte,
simplemente viviendo que siguiendo los dictados de lo artístico, siempre tan
ensimismado y tantas veces alejado del arte, y del vivir.
Así,
sencillamente, como modus vivendi es la práctica artística de Delso. Y sus
piezas prefieren responder más a un ciclo vital que a una demanda externa, quizá
por la sana influencia del material
habitual en el desarrollo de su obra: la cerámica. Un material que tiene
su propio tiempo. Todas sus ideas y
sus desarrollos necesitan antes decantarse,
como la arcilla, para ser seleccionados y trabajar con ellos ya liberados
de impurezas.
(taller)
Esta breve presentación está dedicada a su
exposición en las salas del Arco de Sta. María en Burgos, donde presenta la
obra realizada estos últimos años. Su título, A través de la ventana, nos habla de ese discurrir del que antes hablábamos. Y también de la contemplación a
través de un elemento constructivo, una ventana esquematizada o evocada. Pero aquí
imagina Delso una ventana sin cortina, un velo
rasgado, como ojos sin párpados[5].
Parece como si este umbral que se abre
ante la luz -nuestros ojos- se hubiese proyectado en un elemento que
enmarca ese espacio, más allá del cuerpo que nos protege. Un elemento que enlaza un interior con un exterior[6],
y que acaso no sea nada más que nuestra propia prolongación en el tejido del mundo[7]
o el des-cubrimiento de nuestro propio interior reflejado.
Esto es
algo que hay que tener presente cuando proyectamos
la mirada sobre estas esculturas de tierra y hierro: nos hablan del espacio que
habitamos y también del territorio que acariciamos con la mirada,
en el que nos reconocemos. Así es como el
tacto del escultor toma para
sí, en esencia, ese paisaje de su memoria -que tanto ama- y en el que
están presentes esas-sus luminosas ausencias que también pueden ser las
nuestras.
Cada
pieza aparece con esa presencia –tectónica- de lo que siempre ha estado ahí, como ante una montaña. También existen
elementos que son como soporte de otros, o que quedaron apoyados, o desplazados. Todo ello como en una escala
temporal geológica, y como contrapunto, la
brevedad de nuestro existir.
Esa
presencia parece reforzada por su apariencia mineral, pues no es ésta una
escultura que pretenda forzar los condicionantes del material, parece más
interesada en recuperar algo de esa condición primigenia, mineral, de ahí su contención en elementos y colores.
No
son formas que se rebelan contra la gravedad, estas vistas a través de una ventana parecen más bien buscar su lugar y su
equilibrio. Su reposo.
Julián Valle. Campillo de Aranda,
febrero 2015.
[1] Rainer María Rilke. Los Sonetos a Orfeo. Escritos como estela funeraria para Wera Ouckama Knoop : soneto XII. Trad. Jaime Ferreiro Alemparte. Madrid: Espasa-Calpe, Colección Austral, 1982, p. 153.
[2] ibidem
[3] ibidem
[4] Rainer María Rilke. Cartas a un joven poeta. Trad. Jose Mª Valverde. Madrid: Alianza Editorial, 1982, p. 99.
[5] “...y dado que, en su uniformidad e inmensidad, no tiene más que el marco como primer plano, se tiene la impresión al contemplarlo de que le hubieran cortado a uno los párpados.”
H. Von Kleist, “Sensaciones ante una marina de Friedrich", en Félix Duque y Paolo D'Angelo (ed.), La religión de la pintura. Escritos de filosofía romántica del arte. Madrid, Akal, 1999, pp. 105-106.
[6] “La naturaleza está en el interior” dice Cezanne. Cualidad, luz, color, profundidad, que están ahí ante nosotros, están ahí porque despiertan un eco en nuestro cuerpo, porque este los recibe.”
Citado por Maurice Merleau-Ponty. El ojo y el espíritu. Barcelona: Barcelona, Editorial Paidós Ibérica, 1985, p.19.
[7] “Visible y móvil, mi cuerpo está en el número de las cosas, es una de ellas, pertenece al tejido del mundo y su cohesión es la de una cosa. Pero, puesto que ve y se mueve, tiene las cosas en círculo alrededor de sí, ellas son un anexo o una prolongación de él mismo, están incrustadas en su carne, forman parte de su definición plena y el mundo está hecho con la misma tela del cuerpo.”
Maurice Merleau-Ponty, op. cit. p. 17.
Miguel Martínez Delso.
13 de marzo-12 de abril de 2015.
Sala de exposiciones del arco de Sta María.
Plaza del Rey San Fernando s/n
09003 Burgos
Teléfono:
947 28 88 68
Horarios
Martes a sábados de 11:00 a 14:00 h y de 17:00 a 21:00 h
Domingos de 11:00 a 14:00 h
Domingos tarde, lunes y festivos, cerrado
Martes a sábados de 11:00 a 14:00 h y de 17:00 a 21:00 h
Domingos de 11:00 a 14:00 h
Domingos tarde, lunes y festivos, cerrado
Se puede acceder también, de forma gratuita y en el mismo horario de apertura, a un torreón con vistas al Paseo del Espolón y el Puente de Santa María.
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